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abril 05, 2020

¿Cómo tratar la pérdida de un ser querido con los/as niños/as?





«¿Cómo le explicamos lo que ha sucedido? ¿Puede llegar a entender qué es la muerte? ¿Es mejor contar o no contar? ¿Qué hacer si nos pregunta? ¿Es diferente la vivencia de la muerte si el niño tiene 5 años o si tiene 10? ¿Puede un niño estar en duelo? ¿Cómo le puedo ayudar? ¿Necesita una ayuda especial? ¿Es bueno que nos vea tristes? ¿Tenemos que evitarle lo sucedido? ¿Qué pueden hacer los profesores cuando un niño se encuentra en duelo?»

Aqui teneis una  guía trata de dar respuesta a alguna de estas cuestiones, con el fin de ofrecer recursos y herramientas que nos permitan afrontar la situación con confianza y decisión.


¿Cómo hacerlo en estas circunstancias tan especiales que nos toca vivir?

- Orientaciones sencillas para tratar el tema de la muerte con los niños/as.




marzo 30, 2020

ANIMA-T RECOMIENDA: " EL EMOCIONARIO"



«El Emocionario le ofrece una oportunidad integradora al ser humano, desde su más tierna infancia, porque le ayuda a conocer sus emociones y a dialogar sobre sus sentimientos. De este modo, podrá gestionarlos adecuadamente y, así, sentir su vida con todo su potencial, sin detrimento de ninguna de sus capacidades. El diccionario de emociones es un apoyo pedagógico elemental». Rosa Collado Carrascosa (psicóloga y psicoterapeuta).



CONSEJOS DE USO (Guía en PDF)
Como el Emocionario lo utilizan personas de distintas edades (niños y adultos), hemos segmentado la información por franjas para que te sea aún más útil.
De 3 a 6 años De 7 a 9 De 10 a 12 Otros lectores
Para personas de 3 a 6 años
Para niños pequeños, recomendamos que se comience sacando provecho a las ilustraciones de las emociones más sencillas (vergüenza, ternura, odio, aburrimiento, felicidad). El niño y el adulto pueden conversar sobre qué les ha sucedido a los personajes de las ilustraciones y sobre cómo se pueden sentir y por qué. También puede resultar adecuado explicar situaciones que se hayan vivido en las que esté implicada la emoción de que se trate en cada caso. A continuación, se puede leer el texto; por lo que sabemos de otras experiencias, los niños disfrutan cuando se les leen los textos y, de esta manera, se van familiarizando poco a poco con el vocabulario. Además, así adultos y niños se acostumbran a que las emociones pueden ser un tema de conversación natural entre ellos y se va aumentando la confianza y la intimidad entre ellos.

En otros momentos, cuando los niños experimentan una emoción determinada, que todavía no conocen, se puede leer la definición en el “Emocionario”. Así, los niños van identificando lo que oyen con lo que sienten. Esto tiene un efecto tranquilizador y normalizador: por un lado, aprenden que lo que sienten tiene un nombre; por otra parte, saben que otras personas sienten lo mismo.
Para personas de 7 a 9 años
Que los adultos y los niños compartan experiencias vinculadas a determinadas emociones contribuirá a establecer vínculos más fuertes y a que los miembros de la familia se conozcan mejor unos a otros. A algunos niños les asombra comprobar que sus padres también sienten miedo o inseguridad. Esto ayudará, además, a fortalecer la empatía de los niños y su capacidad para ponerse en el lugar del otro.
Para personas de 10 a 12 años
A estas edades, los niños van experimentando cambios físicos y psíquicos impredecibles, sorprendentes e inesperados. El “Emocionario” puede ser un gran aliado en la intimidad como lectura rutinaria: con la lectura diaria, se crea un tiempo y un espacio íntimos en los que reflexionar sobre las propias emociones y acostumbrarse a procesar lo vivido sin dejar que se enquiste. Además, aconsejamos ayudarse del “Diario de la Gratitud” para ir anotando esos sentimientos y emociones que, especialmente en esta etapa, suelen parecer desbordantes e ingobernables.
Para otros lectores
Por lo general, utilizamos sólo cuatro o cinco términos para expresar nuestras emociones. Esa manera de sintetizar nuestro vocabulario emocional influirá en los niños de nuestro entorno, ya que el ejemplo es su principal fuente de información. Si nosotros nos refiriésemos al naranja, amarillo y rojo con el término naranja, los niños se expresarían de la misma manera.
Conscientes de esto, muchos docentes y otras personas con niños a su cargo, utilizan el “Emocionario” para refrescar los matices entre unas emociones y otras y así conseguir que los niños adquieran un vocabulario que dé cuenta de su riqueza emocional.
EJEMPLOS REALES DE USO
Muchas personas nos maravillan con los usos prácticos que le dan en casa y en el colegio. ¡Gracias a todas ellas!

marzo 17, 2020

TELETALLERES ANIMA-T: " TRUFAS CASERAS".

Cómo hacer trufas de chocolate caseras:

 

Ingredientes

Para 25 unidades
  • Chocolate negro de buena calidad 200 g
  • Nata líquida para montar (mínimo 35% de materia grasa) 140 g
  • Cacao en polvo
  • Vaina de vainilla (opcional) 1

Cómo hacer trufas de chocolate

Dificultad: Fácil
  • Tiempo total 35 m
  • Elaboración 30 m
  • Cocción 5 m
  • Reposo 2 h
Poner la nata en un cazo. Abrir la vaina de vainilla practicando un corte fino con un cuchillo bien afilado, si la usamos, y añadirla. Calentar a fuego bajo para evitar que hierva y la nata se infusione con la vainilla.
Mientras tanto picar a cuchillo o con una picadora el chocolate. Podemos también rallarlo, aunque será más pringoso. Cuanto más picado, más rápido se fundirá. Disponerlo en un recipiente resistente al calor.
Retirar la vainilla y echar la nata con suavidad sobre el chocolate. Lo ideal es verterla justo antes de que empiece a hervir. Esperar un minuto y remover con cuidado, poco a poco, hasta que el chocolate se funda y se mezcle con la nata.
Mezclar hasta tener una crema homogénea y brillante, sin grumos. Dejar enfriar un poco, tapar con plástico film y llevar a la nevera. Hay que dejar que se enfríe como mínimo dos horas, pero yo prefiero esperar hasta el día siguiente.
Para formar las trufas, disponer un cuenco con cacao en polvo y un pequeño colador. Si tenemos herramientas de chocolatería será más fácil, pero con cucharillas normales nos podemos apañar.
Tomar pequeñas porciones de chocolate y rebozar en el cacao, mezclando bien. Poner en el colador y dar unos golpecitos para sacudir el exceso. Colocar en cápsulas de papel, de bombón o simplemente en un recipiente limpio. Continuar hasta terminar con el chocolate.
Se pueden usar las manos para dar forma más redonda, pero ya advierto que nos pringaremos. Es parte de la diversión, para qué engañarnos, aunque podemos usar guantes aptos para uso alimentario si no queremos manchar todo de chocolate.

 

Con qué acompañar las trufas de chocolate

¿Hace falta dar consejos de degustación? Las trufas caseras son puro placer para los amantes del sabor más puro del chocolate, si usamos negro de buena calidad. Haen una pareja ideal con el café de sobremesa, un licor dulce o vino tinto, aunque tampoco van mal con un vaso de leche, un té negro o una infusión bien especiada.
Podemos cubrir las trufas con azúcar glasé, granillo de frutos secos, coco rallado, virutas de chocolate... Pero yo prefiero usabuen cacao puro en polvo para potenciar aún más el sabor del chocolate más simple.
Podemos guardarlas en la nevera, aunque puede que haya que renovar la capa de cacao antes de servir si pasan muchas horas. Si las servimos y las dejamos expuestas a temperatura ambiente, hay que procurar que no tengan cerca una fuente de calor.



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